Su arma secreta, “la que derrumba los muros del miedo a lo desconocido”, que crea sus utopías artísticas, simplemente se llama pasión, en palabras de Jeanne-Claude. “Hay gente a la que nuestra pasión les toca el corazón y se atreven a abrir su mente. Otros, no”. ¿Por qué tanto empeño en realizar obras que cada vez les llevan al borde de la ruina económica, que conllevan interminables gestiones burocráticas y que nacen con vocación efímera? “No hay que buscar un significado oculto. Nuestras creaciones son simplemente obras de arte que nos apetece hacer. No tienen mensaje. Simplemente son. Su temporalidad es un valor añadido”. Ahí radica gran parte de la fascinación inherente a todas ellas: son concebidas para no permanecer. “Estar frente a uno de nuestros proyectos es estar en presencia de la ausencia”. Ambos hablan de su obra con grandilocuencia, a riesgo de sonar arrogantes. “Los artistas ilustran la realidad. ¡Nosotros trabajamos con la realidad!”, exclama Christo. “Y cuando nos reunimos con políticos o propietarios discutimos sobre algo que aún no existe. Nunca se ha discutido una pintura o una escultura antes de que sea creada. Nuestros proyectos sí”.
Fragmento de entrevista - Barbara Celis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario