lunes, 23 de abril de 2012

Christo and Jeanne-Claude

Su arma secreta, “la que derrumba los muros del miedo a lo desconocido”, que crea sus utopías artísticas, simplemente se llama pasión, en palabras de Jeanne-Claude. “Hay gente a la que nuestra pasión les toca el corazón y se atreven a abrir su mente. Otros, no”. ¿Por qué tanto empeño en realizar obras que cada vez les llevan al borde de la ruina económica, que conllevan interminables gestiones burocráticas y que nacen con vocación efímera? “No hay que buscar un significado oculto. Nuestras creaciones son simplemente obras de arte que nos apetece hacer. No tienen mensaje. Simplemente son. Su temporalidad es un valor añadido”. Ahí radica gran parte de la fascinación inherente a todas ellas: son concebidas para no permanecer. “Estar frente a uno de nuestros proyectos es estar en presencia de la ausencia”. Ambos hablan de su obra con grandilocuencia, a riesgo de sonar arrogantes. “Los artistas ilustran la realidad. ¡Nosotros trabajamos con la realidad!”, exclama Christo. “Y cuando nos reunimos con políticos o propietarios discutimos sobre algo que aún no existe. Nunca se ha discutido una pintura o una escultura antes de que sea creada. Nuestros proyectos sí”.

Fragmento de entrevista - Barbara Celis.


Minerva Cuevas

Minerva Cuevas aborda de una manera crítica temas como el capitalismo para tratar de generar conciencia entre la población sobre el deterioro de las masas y el poder del consumismo.
 A través de más de 30 obras, que incluyen videos, animaciones e instalaciones; la artista quiere difundir el uso del arte  como medio para la investigación crítica de la realidad social, vinculando el activismo y la denuncia del sistema capitalista.



martes, 17 de abril de 2012

Curiosa utilidad de las ovejas

Lectura – Revista Arteria

“A propósito de curaduría” – José Roca

Palabras claves:


Seleccionar
Negociar
Mediar
Relacionar
Escenificar
Colaboración
Experiencia corporal
Didáctica
Cuidar
Dimensión autoral



MAPA CONCEPTUAL





Masificación y ciudad

La ciudad, ya sea en color, olor, sabor, textura etc. Está llena de incontable variedad de gustos e interpretaciones que hacen de ese habitar social un inmenso laberinto, donde mientras encontramos el camino correcto, se va enriqueciendo nuestro ser, de este modo se crean mundos paralelos y muy íntimos apoyados en los valores y vivencias. Lugares puntuales que aportan vibraciones anímicas y un apropiamiento del entorno, que hacen de la interpretación de ese gran texto, llamado ciudad, se vea atado a nuestras necesidades y gustos siendo esta un ente “pasivo” dotado de perfección pero que el hombre – animal social, no se basta a sí mismo (Aristóteles) y hace de este, un lugar agradable según su visión y acción idealista del sistema, deformándola, adquiriendo sus propios lenguajes y mutando los espacios para su regocijo y accionar vital. De esta forma el individuo ya se hace un lugar, y como dice el texto “carne y piedra” “Pensar la ciudad es pensar en la vida”, se adquiere esa identidad, que por muy fuerte que se halle formada, siempre ha de estar ligada a alguna colectividad, ya sea de concepto, acción o simple agrado, la sociabilidad del ser humano está implícita en sí mismos y de la mano de esta, iremos despejando el camino que la piedra nos depara.
Ya teniendo claro los papeles, la importancia y demás factores activos del mundo social, es claro suponer que si hay una interpretación, esta se encuentra sujeta a una jerarquización y allí es donde el sujeto no solo debe pensar en cómo vivir su entorno, sino ser consciente de que papel cumple en su habitar o que tanta autonomía tiene por sobre su desempeño social y los subgrupos a los cuales pertenece. Y en este punto no depende, de que tan líder o seguidor sea, ya que de alguna forma, siempre estamos siendo masificados, y más aun en la época actual donde la moda gústenos o no, nos atrapa, los avances tecnológicos nos deslumbran cada vez mas y lo peor aún, es que cada vez oponemos menos resistencia a estar inmersos en estos cúmulos de consumismo que cada día van siendo más necesarios, para el desempeño normal de la vida.
El desenfreno de las grandes metrópolis empieza a crear una deformación cultural en las mentes citadinas, este fenómeno de perversión en la maduración del hombre, está estrechamente ligado con la facilidad y agilidad del ecosistema actual hace de que el individuo tome una postura de tremor a la libertad y creación del pensamiento, buscando así, refugio de todo prejuicio que pueda llegar a aquejarlo, a fin de sentirse seguro. Creando la tendencia de un hombre débil, que ya no le interesa fomentar su cultura, sino que ya, es total mente manipulado por su “subcultura” y se hace un ser consciente de sus derechos pero desarraigado de sus responsabilidades.
Tal vez este se de cómo resultado del mundo cruel que hoy nos cobija, carente de sentimiento alguno de bondad, enmarcado en la sociedad tecnificada de producción acelerada que hace que en ocasiones tomemos papeles impersonales, quedando atados permanentemente, en esta cadena de banalidad y que lo único que alimenta los ojos del hambriento de poder esta cimentado en el factor económico, seguido por la competitividad, haciendo de que nos cortemos las cabezas los unos a otros solo sirviendo a un fin particular, pero siendo netamente influenciados hacia esto y finalmente la exclusión, situación que hace que la masificación sea la única solución o cura a este rechazo, conformándose con la simple contemplación del orden que ese mundo ofrece.
En conclusión, el hombre como primera medida debe reconocerse en su espacio, la sociedad depende de las voluntades del individuo y viceversa, son inseparables e intrínsecamente vitales. (Platón) “Las virtudes de felicidad del hombre, coinciden con las del estado”, esto podría ser una verdad absoluta ya que si es pensada en sentido contrario, eso es lo que más se evidencia hoy en día, donde el caos reina en cada esquina, y solo procuramos por sobrevivir y engranar en la coreografía que impone el desarrollo y la evolución urbanística y conceptual de los tiempos, lo que nos aleja de esa piedra, provoca angustia por el espacio, relegando a la intimidad de la carne y mente, adquiriendo la necesidad de pertenecer o creer en algo.

Idea - Boceto

Los entes masificadores, están presentes en el mas mínimo aspecto de nuestras vidas cotidianas y somos consumidores activos seamos o no conscientes de ello. Como el agua que llega hasta nosotros, que es tan necesaria para nuestro subsistir y que forma parte de nuestra estructura orgánica, así estamos unidos a esas grandes masas y grupos de intereses despistados, ya sea por producto de la sociedad actual, o por tan solo ocupar un lugar frente a los demás y ser alguien "normal" que busca como perfección , estar en la élite del nuevo mundo. Somos como ovejas que vamos siguiendo los senderos que los hambrientos perros pastores (gobernantes) y otros mas, marcan como lo "correcto".



"Las ovejas son como electrones que siguen un circuito, que se acumulan y atropellan en las resistencias, que colisionan caóticamente y que
producen energía e influencias inconmensurables"
Oscar oliva.

lunes, 16 de abril de 2012

Etnografía

Tipo de investigación la cual hace un análisis del modo de vida de una raza o grupo de individuos. 
Etimológicamente viene del griego ethnos, que significa pueblo y graphen, que significa describir. Surge en la década de los 70s en países como, Gran Bretaña, Usa, Australia y se generaliza en toda América latina, con el objetivo de mejorar la calidad de educación, estudiar y resolver los distintos problemas que la afectan.
Surge de la antropología cultural y de la sociología cualitativa.


3 tipos de investigación etnográfica 
Comprehensivas 
Orientadas por el tema 
Orientadas por la hipótesis


Observación, entrevistas, materiales escritos.
Su objetivo principal es captar el punto de vista, el sentido, las motivaciones,  intenciones y expectativas que los actores otorgan a sus propias acciones personales, proyectos personales o colectivos y al entorno sociocultural q los rodea.

Masificación en el Arte


Después de tantos años y de numerosas posturas conceptuales, que han surgido con el transcurrir de las épocas, marcadas por eventos, hombres y un sinfín de situaciones, pareciera que no son lo suficientemente fuertes para que nuestra memoria las tome y utilice de la manera en que deberían ser aplicadas.
Aun las expresiones artísticas más antiguas, siguen permeando el pensar de una gran colectivo de personas emparentadas con el arte, ya sea por desinformación o pocos recursos sigue estando esa tónica, de allí parte la premisa que consiste en exaltar demasiado los artistas del pasado, grandes maestros que bien merecido se lo tienen, pero que al momento de intentar crear o pensar de uno forma contemporánea, no cubriría todas las necesidades o expectativas. Llevando las mentes de los ajenos al arte a un concepto errado o por lo menos una desestimada apreciación del arte, y como hoy en día las ciudades se mueven bajo parámetros y estándares que establecen los altos círculos sociales. Se intenta tomar parte así, de este mundo ya sea por verdadero valor conceptual o simplemente como una moda, ya que si se va un museo y se “interesa” por estas muestras, eventos y nombres, se es una persona culta con el solo hecho de asistir y formar parte de la muchedumbre. Convirtiendo estos espacios dotados para la cultura y el conocimiento, en verdaderas salas reproductoras de dinero comercial y toda manipulación mercantil, aprovechadas bajo un mundo que no busca ese fin, y que solo desvirtuarían la calidad de la experiencia que se puede sentir, si se tuviera esa intimidad y conexión, con la cantidad de colores, formas y vibraciones sensoriales que se pueden alcanzar, partiendo de una percepción correcta.
Ya estando envuelto en este evento, el interés pasa de ser romántico o académico y pasa a convertirse en algo de apariencia, mercado y lucro como todo en lo que la masa fija sus ojos, y hace parecer esta situación más a un concierto o una visita a un centro comercial, en donde la conexión y percepción de la obra no se puede lograr en su mayor esplendor, por las innumerables molestia tanto de asistentes y organizadores, que convierten la visualización intima en una confrontación caótica.